DEPORTÓLOGO HAROLD IVANOVICH

jueves, 7 de noviembre de 2019

HISTORIA DE LO ANABOLICOS Y ESTEROIDES Y SUS INICIOS EN EL DEPORTE

Los esteroides androgénicos anabolizantes (EAA) son el resultado una serie de investigaciones científicas y médicas que tienen su origen hace más de 6 mil años en la antigua endocrinología y han evolucionado hasta convertirse en la actualidad, en sustancias sintéticas con aplicaciones variables para el ser humano.







Los esteroides androgénicos anabolizantes son derivados sintéticos de la testosterona, una hormona sexual que producen hombres y mujeres, en los hombres las células de Leydig de los testículos y en las glándulas suprarrenales; mientras que las mujeres la producen en los ovarios y las glándulas suprarrenales pero menor cantidad.

Estas sustancias tienen como una de sus principales característica ser andrógenas, es decir virilizante, y anabólicas que aumenta la masa y la fuerza muscular, entre otras cosas.

Virilidad y sexualidad

El tema de la virilidad, la sexualidad y la fuerza muscular ha ocupado a los hombres a lo largo de toda la historia de la humanidad. Las grandes culturas como los griegos, egipcios y romanos tomaban extractos de testículos y penes de toros y otros animales, porque pensaban que estos les proporcionaban mayor fortaleza física y más poder sexual.

Con el paso de los años y con el desarrollo de las ciencias médicas, los científicos fueron descubriendo que el comportamiento y el desarrollo de algunos animales tenían una relación directa con sus órganos sexuales.

De esta forma, en 1786, el médico escocés John Hunter hizo el primer trasplante testicular de un gallo y los implantó en una gallina. Años más tarde, en 1849, Arnold Adolf Berthold, profesor de la Universidad de Gottinga y director del zoológico local, comprobó que la castración de los gallos ocasionó que perdieran interés por el sexo opuesto, su cresta perdió tamaño y dejaron de tener comportamientos agresivos.

Casi 50 años más tarde, Charles Edouard Brown-Sequard, considerado el padre de la endocrinología moderna, estudió todo lo referente a los testículos y glándulas suprarrenales, entre otros órganos.

Esto lo llevó a auto-experimentar con sustancias extraídas de testículos de cobayas y perros, dando como resultado (no comprobados científicamente) “mayor fuerza muscular, aumento de capacidades intelectuales y mejoría física”, como lo señaló en su publicación de 1889 donde explicó su experimento.

Avances científicos y tecnológicos

El desarrollo científico y tecnológico de principios del
SXX, permitió a otros investigadores tener más herramientas para mejorar sus métodos y sus experimentos, como fue el caso de Oskar Zoth y Fritz Pregl (ganadores del Premio Nobel en 1923), que separan la testosterona del toro y la utilizaron para mejorar el aparato neuromuscular.

Esto aceleró el uso médico de la testosterona y muchos científicos como Victor D. Lespinasse, Eugen Steinach y Sergio Voronoff, entre otros, realizaron cirugías testiculares e implantes de testículos a sus pacientes como un método para solucionar problemas de tipo sexual y mejorar la fuerza y vitalidad de los varones intervenidos.

Pero el gran salto lo dio el químico alemán Adolf Butenandt en 1929, cuando logró aislar la hormona sexual estrona de la orina de mujeres embarazadas y posteriormente aisló androsterona («andro» = varón; «ster» = esterol; «ona» = cetona) de la orina de policías locales y sentó las bases de lo que a años más tarde fue la cortisona.

A partir de este momento, las investigaciones se enfocaron en aislar la hormona testicular que Karoly David y su equipo de investigación denominaron más tarde testosterona («testo» = testículo; «ster» = esterol; «ona» = cetona).

Así, en los años treinta, las empresas farmacéuticas se empeñaron en descubrir la forma de procesar y sintetizar la testosterona para su uso médico cotidiano y en 1934, los científicos Leopold Ruzicka y A. Wettstein publicaron On the Artificial Preparation of the Testicular Hormone Testosterone  y solicitaron su patente.

Después de esto, los productos elaborados a base de testosterona sintética se hicieron de uso masivo y se recomendaban para diversas enfermedades como hipogonadismo, disfunción sexual, cáncer, sida, disfunción eréctil, senilidad, epilepsia, osteoporosis, anemia, sarcopenia, además de que elimina el dolor, aumentaba el apetito en los enfermos y la masa muscular magra.

Fuerza, resistencia y masa muscular.

Así, se producían sustancias inyectables, orales y hasta parches cutáneos. Pero más allá de sus beneficios médicos, sus resultados en el aumento de la masa muscular, la fuerza física y la resistencia provocó que los esteroides se utilizarán en los deportistas para mejorar su rendimiento.

Esto tuvo un boom en los años 50 en la costa oeste de los Estados Unidos con una sustancia denominada metandrostenolona, utilizada por fisicoculturistas y atletas de alto rendimiento.

Lo mismo pasó con atletas de países del bloque socialista como la Unión Soviética y la República Democrática Alemana, que sin ninguna regulación y conocimiento de su uso utilizaron los Esteroides en sus atletas, lo que largo plazo provocó daños físicos y emocionales en algunos deportistas.

Así, los esteroides han sido el producto del desarrollo de la ciencia médica y el inicio de lo que a la larga marcó una revolución en el desarrollo de algunos deportistas y su rendimiento físico, haciendo de las competencias deportivas injustas esto llevó a las autoridades deportivas en la década de los setenta a controlar su uso y denominar a la testosterona y sus derivados como sustancias prohibidas.

Actualmente los esteroides son considerados ilegales en algunos países como los Estados Unidos y forman parte de la lista de sustancias prohibidas del Comité Olímpico Internacional y la Agencia Mundial Antidopaje.

la prohibición es solo para los deportes y debe ser guiado por un médico especializado en farmacología deportiva para evitar posibles complicaciones a corto, mediano o largo plazo ya que todo cuerpo es diferente y reacciona de manera distinta .

Deportólogo Harold Ivanovich+57 301 411 8804